La encíclica papal sobre cambio climático y medio ambiente
El pasado 28 de abril se realizó en el Vaticano el encuentro "Proteger la Tierra, dignificar la humanidad", organizado por la Academia Pontificia de Ciencias y la organización Sustainable Development Solutions Network (SDSN). Este encuentro, al cual asistieron el Papa Francisco, el Secretario General de Naciones Unidas, Ban Ki-moon, y el presidente Rafael Correa, tuvo como objetivo tratar las dimensiones morales en la protección del medio ambiente, con antelación a la salida en junio de la Encíclica Papal que seguramente pondrá énfasis en el cambio climático, la calidad de vida, la pobreza y el bienestar humano.
La SDSN es una iniciativa público-privada creada por Naciones Unidas, que asesora en materia ambiental a instancias de la ONU, a organizaciones de la sociedad civil, y a sectores empresariales. Su director es Jeffrey Sachs, ex economista del Banco Mundial y paladón neoliberal, que arruinó las economías de muchos países. Luego de reunirse con él hace pocos días, el presidente de Ecuador ha manifestado que "admira y respeta" a este economista, y que está pensando en tenerlo como asesor para universidades como Ikiam (1). Por su parte, Jeffrey Sachs ve con mucho entusiasmo la experiencia de las políticas públicas ecuatorianas. Lo que da mucho que pensar sobre cuál mismo es el carácter de estas políticas.
En el mencionado evento del Vaticano, Rafael Correa dio una conferencia sobre los aportes del Ecuador para combatir el cambio climático, en la que nuevamente intentó eludir su responsabilidad en el fracaso de la Iniciativa Yasuná. En su twitter, luego del encuentro con el Papa el presidente dijo: ¡No puedo creer las oportunidades que me ha dado la vida! Señor presidente, al renunciar a la iniciativa Yasuná-ITT usted desperdició la oportunidad histórica de ser el líder del primer país en el mundo en dar pasos significativos en materia de cambio climático.
No es posible pretender mostrar un rostro ambientalista afuera mientras adentro se aplican políticas contrarias a la naturaleza y desprecio para quienes la defienden. El avance de la frontera petrolera en el Yasuná, la apertura del país a la minería industrial, la expansión de los monocultivos para la agroexportación, entre otras, son actividades con alto impacto socioambiental y en el clima. Además, son actividades que provocan daños irreversibles en las bases de sustento de las comunidades campesinas y pueblos indígenas, traen consigo más empobrecimiento y por lo tanto, no resuelven la pobreza, argumento con el que la propaganda oficial pretende justificar dichas políticas extractivistas.
La anunciada encíclica del Papa Francisco esperamos qué recoja el deseo de los pueblos de construir un mundo y una cultura de justicia y reconciliación con la naturaleza, sin hacer concesiones a los intereses económicos que se ocultan detrás de las falsas soluciones al cambio climático, para que ésta sí sea una oportunidad sin renunciamientos.
Notas:
(1) Ver aquí
Más información sobre el tema del cambio climático:
gro.acigolocenoicca@yennovi
Fuente: Acción Ecológica