Extensión de la frontera extractivista en Paraguay
La explotación intensiva de recursos naturales y energéticos para satisfacer la demanda de grandes corporaciones y del mercado internacional no se detiene en el territorio paraguayo, a la lógica extractivista tradicional, la explotación del suelo para la exportación de oleaginosas y carne, se suman ahora nuevos rubros. Por un lado el uso intensivo de la energía electrica para la producción de criptomonedas y por otro el anuncio de la probable explotación de litio en territorio chaqueño encienden las alarmas.
Según el investigador Guillermo Ortega el extractivismo es un tipo de extracción de recursos naturales, en gran volumen o alta intensidad, y que está orientado esencialmente a ser exportado como materia prima sin procesar, o con un procesamiento mínimo. El proceso de “desposesión” de los bienes colectivos incorpora otros rubros no tradicionales, que se suman al agronegocio, y que están directamente relacionados con demandas de los mercados internacionales.
“En las aguas saladas subterráneas de la región Occidental puede haber litio en concentraciones que alientan su explotación” señala un completo reporte del Diario La Nación que conversó con representantes de la empresa Chaco Minerals, un holding empresarial con capitales paraguayos y canadienses que busca hacer la prospección en unas 2 millones de hectáreas. Así, Chaco Minerals está integrada por Chaco Lithium, Guaraní Lithium, Mineral Atenea, Paraguay Lithium y Roca Lithium. Cada empresa tiene un área de exploración de 400.000 hectáreas en las que podrá hacer las prospecciones.
Tiempo atrás, alertando sobre este fenómeno, Luis María de la Cruz señalaba en el portal de la Organización Iniciativa Amotocodie que “La vulneración de los derechos a los territorios tradicionales y a la consulta previa, libre e informada provocada por la fiebre del litio y otros minerales en nuestros países vecinos, va llegando al territorio del Chaco paraguayo. La presencia de litio o de otros minerales de interés comercial podrían transformar las políticas y estrategias extractivas de la región, con un nuevo proceso colonizador de alto impacto potencial, tanto desde la perspectiva ambiental como social”
Por otra parte, las constantes informaciones respecto a la instalación ilegal -ya que no cuentan con conexión formal a la red eléctrica- de “granjas” para criptominería llaman la atención. En ese sentido, Nelson Cristaldo, experto en la temática en diálogo con Radio Abc Cardinal explicó que el proceso de criptominería, que requiere la operación constante de un número importante de máquinas procesadoras de datos de alta capacidad, consume enormes cantidades de energía eléctrica, por lo que Paraguay, con sus vastas reservas de energía hidroeléctrica, se ha convertido en «un ‘hub’ muy importante» que atrajo a «empresas internacionales muy grandes».
Sobre esta situación, la investigadora Lis García señaló que se trata de una nueva forma de extractivismo. “Implica el uso intensivo de la energía, para producir mercancías digitales que precisan gran poder de cálculo. Es decir, se usa la energía como una materia prima, en una actividad intensiva en energía, y capital extranjero en muchos casos, lo producido se exporta y casi no genera empleo. Igual que la soja, o cualquier otra actividad extractivista”.
A decir de la investigadora tanto el avance de la minería como el surgimiento de la cripto minería representan una ampliación de la frontera extractivista en el país que tendrá graves consecuencias ambientales y sociales.
Fuente: BASE Investigaciones Sociales