Colombia: La soberanía alimentaria y medicinal en riesgo
"En el marco del XI festival internacional de cine y video indígena que se realiza en Colombia se han realizado muestras en diversos espacios públicos y abiertos con actividades que han tenido como especial alusión la soberanía alimentaria de los pueblos y la protección de las semillas."
Muestra de Cine indígena y soberanía alimentaria en espacios públicos de Bogotá
En el marco del XI festival internacional de cine y video indígena que se realiza en Colombia se han realizado muestras en diversos espacios públicos y abiertos. Uno de ellos fue este jueves 28 de septiembre realizado en el chorro de Quevedo, centro de la Ciudad; Y por la noche y madrugada una transmisión en directo con muestras de películas en la feria de las hierbas o también denominada plaza de mercado Samper Mendoza, actividades que han tenido como especial alusión la soberanía alimentaria de los pueblos y la protección de las semillas, particularmente ante la amenaza y riesgos en los intentos por parte de ciertos sectores políticos y transnacionales, que buscan imponer en Colombia el UPOV 91.
Eran las 17 horas y en pleno centro de Bogotá en el concurrido lugar denominado “Chorro de Quevedo” se levantó el telón y el sonido para que corrieran videos provenientes de la realidad Mapuche en Chile, Argentina y Aymara de Perú, esta última con el documental “Kura Kura” con Jasra -hierbas- de la Madre Tierra y contó con la presencia de su realizadora Irma Luz Poman. Allí se refirió a la necesidad del cuidado de la madre tierra en medio de diversos mensajes alusivos a la protección de las semillas y de la soberanía alimentaria y que busca concientizar sobre los graves riesgos que existen en estos momentos.
Feria de las hierbas en Bogotá
Si de hablar de soberanía alimentaria, medicinal y de bío diversidad se refiere en la capital colombiana, que mejor que ir a una de sus grandes ejemplos y prácticas en la feria de las hierbas o también denominada plaza de mercado Samper Mendoza.
Allí, al cierre de la tarde llegan los primeros camiones cargados de plantas. Es en este momento cuando el ambiente queda impregnado por la diversidad de aromas y colores por hierbas que ofrecen enormes propiedades y cualidades curativas y culinarias, e incluso esotéricas; y mientras el trabajo es incesante por una gran cantidad de productores y distribuidores, en un costado ya bien de noche, comenzó la muestra de películas bajo la conducción de la comunicadora, Maricela Londoño del equipo circulo audiovisual, con una delegación internacional participante del XI festival indígena vinculados a la coordinadora latinoamericana de cine y comunicación indígena (CLACPI) y con la presencia de diversas representaciones, entre ellas la del consejero de la Organización Nacional Indígena de Colombia (ONIC), Omar Zapata.
La presentación llamó la atención de todos y todas quienes laboraban allí en esta feria que está doblemente amenazada, una, porque dentro de los planes que se tienen para el sector urbano, está la denominada “revitalización urbana” que amenaza con desplazamientos y en este caso, al fin de este lugar único en el caso urbano, lleno de tradición campesina e indígena, lo que se enmarca además en un acto de racismo y discriminación; y por otra, está la amenaza que sucede en los campos, ocasionado progresivamente por empresas transnacionales a toda esta esta biodiversidad como consecuencia de la expansión de la agro industria con monocultivos y con el fomento de la privatización de la semillas y los transgénicos, intensificado con los impactos depredadores de industrias extractivas y energéticas.
La Amenaza del UPOV 91 en Colombia
Uno de los graves riesgos que enfrenta Colombia es el proyecto UPOV 91 que se está discutiendo en algunas esferas políticas y legislativas con la finalidad de incorporarlo al ordenamiento jurídico del País. Sobre esto, es importante señalar que la unión Internacional para la protección de las obtenciones Vegetales (UPOV) es una organización intergubernamental que se creó a partir del Convenio Internacional para la protección de obtenciones vegetales que agrupa a diversos países y que tiene como misión proporcionar y fomentar un sistema eficaz para la protección de las variedades vegetales con miras al desarrollo de obtenciones vegetales. Los “obtentores vegetales” no son otra cosa que empresas (en su gran mayoría) dedicadas a crear semillas transgénicas -fitomejoramiento también se dice- y protegerlas mediante un “derecho de obtentor”.
Para agrupaciones que vienen trabajando activamente sobre el desarrollo rural, las economías locales, la soberanía alimentaria y el buen vivir, este convenio es un grave atentado a la soberanía de los pueblos y sus comunidades, una transgresión a los derechos humanos colectivos, pasando a llevar patrimonios y conocimientos ancestrales, soberanía y seguridad alimentaria, vida rural campesina y comunitaria cuya base en la semillas y su diversidad hoy es entregada a los intereses de transnacionales como Monsanto para la promoción de patentaciones vegetales, el fomento de transgénicos, el monopolio del comercio y un lucrativo negocio cerrado a favor de transnacionales y ciertos grupos locales.
Este convenio que privatiza la comercialización, la importación y exportación de la semilla a favor de los grandes capitales, se ha señalado como una demostración más de cómo sectores políticos inescrupulosos continúan tomando decisiones a espalda de la ciudadanía, hipotecando el presente y futuro de mayorías, comercializando y mercantilizando elementos básicos de subsistencia para una alimentación y medicina sana y saludable.
Fuente: Mapuexpress