Colombia. Construimos ocho territorios campesinos y queremos 20 más
El camino de las autonomías está siendo transitado por varios pueblos originarios, desde México hasta Wall Mapu, incluyendo pueblos amazónicos, desde hace por lo menos 30 años cuando el alzamiento del EZLN. Luego fueron los pueblos negros, con sus quilombos y palenques en Brasil y Colombia. Ahora vienen los “territorios campesinos agroecológicos” de la mano del Coordinador Nacional Agrario (CNA) de Colombia.
Cada proceso tiene sus particularidades, porque no existe un solo modo de ser autónomos. En algunos casos, las autonomías se relacionan con el Estado; en otros, como el zapatista y mapuche, han trazado sólidas líneas divisorias, las más de las veces por la intransigencia de las instituciones neo coloniales.
María Leonor Yonda es vicepresidenta del CNA, responsable de formación, comunicación jóvenes y mujeres. Proviene del Cauca, el territorio campesino más diverso en lo geográfico y social, donde conviven indígenas, negros y campesinos mestizos, todos enfrentados a la lógica depredadora del agronegocio, los monocultivos y la minería.
El CNA es heredero de la histórica ANUC (Asociación Nacional de Usuarios Campesinos) que luchaba por la tierra y que fue disuelta por haber sido cooptada por la institucionalidad y por la violencia contra dirigentes y bases. El CNA nace en 1997 y lo integran campesinos, comunidades negras e indígenas, mujeres y jóvenes. “Estamos en 22 departamentos y estanos conformados por 60 organizaciones de base”, explica Leonor en esta entrevista, en la que repasa las características de los gobiernos propio y de las autonomías.
“El CNA nace al calor de la lucha y la movilización durante un paro cafetero por la crisis: bajos salarios y precios por los suelos, deudas a los bancos que provocaron la pérdida de tierras. La consiga es la recuperación del pan y vida digna. Estamos organizados con una estructura de asamblea cada cuatro años con delegados de las bases. Dura cuatro días y de ahí surgen las líneas de trabajo”, sigue Leonor.
– ¿Cómo son las organizaciones de base que sustentan el CNA?
– Cada grupo de base nace en una vereda (comunidad) y lo forman asociaciones de mujeres, o de campesinos, o productores, de paneleros , paperos o cafeteros. Esa organización de base articula con el departamento y la estructura nacional coordina con ellos. Pero los que construyen la política son los procesos de base, la cuestión antipatriarcal, la ambiental, el extractivismo, las formas de producción… todo eso viene de las bases.
– El CNA participó en los paros agrarios que caracterizaron los últimos diez años y que le cambiaron la cara al campo colombiano.
– En 2013 participamos en el paro agrario, con una importante disputa en el marco de las propuestas que llevaron a reconocer al campesinado como sujeto de derechos. Ahí nace la propuesta de los territorios campesinos agroalimentarios, que va más allá de las zonas de reserva campesina. Nosotros defendemos los planes de vida, el gobierno propio con autonomía y las guardias campesinas para la defensa y el cuidado, le apostamos a un ordenamiento propio del territorio frente al extractivismo y el agronegocio. O sea ordenarlo desde la lógica campesina.
En esa lógica surgió el 25 de noviembre de 2016, en el municipio de San Pablo, Nariño, el primer Territorio Campesino Agroalimentario en el norte de Nariño y sur del Cauca. Durante la cuarta asamblea del CNA realizada en noviembre de 2013, se reafirmó la propuesta política de ordenamiento territorial para el fortalecimiento de los planes de vida digna y el buen vivir. En los territorios campesino se prioriza la producción agrícola y pecuaria a pequeña escala para la satisfacción de necesidades de las comunidades y se contempla el acceso a los bienes comunes se regula en condiciones de equidad e igualdad.
El primer territorio emitió una declaración: “Nos declaramos en minga para la construcción del territorio para la vida campesina, donde la agricultura sea la que nos garantice los medios para el bienestar de nuestra familia y comunidad.
Nos comprometemos a hacer minga para cuidar, proteger y garantizar el agua, la tierra y el territorio para la gente y no para los intereses económicos de las empresas transnacionales, en especial las mineras.
Nos comprometemos a organizarnos, trabajar en comunidad para sacar adelante los proyectos que dignifiquen nuestra vida campesina.
Nos comprometemos a luchar por las infraestructuras necesarias para un bienestar y progreso.
Nos comprometemos a recuperar y engrandecer nuestra cultura campesina.
Nos comprometemos a desterrar toda forma de discriminación, en especial hacia las mujeres, jóvenes y la niñez.
Nos comprometemos a cuidar la vida, la tierra, el agua, la gente y el medio ambiente”.
***
– En la medida que el CNA defiende la autonomía territorial, supone una relación con otros procesos autonómicos como el CRIC (Consejo Regional Indígena del Cauca) y el proceso de Comunidades Negras (PCN).
– Exacto. Defendemos lo mismo para la transformación del campo y también otro modelo de sociedad por fuera del gran capital y el agronegocio de despojo y muerte. Hay unidad entre nosotros respetando la autonomía de los pueblos. Nos juntamos con el CRIC y el PCN porque hemos sufrido el racismo y el colonialismo de modos muy similares.
– Tienen procesos de recuperación de tierras.
– Nuestra consigna es la tierra para sembrar alimentos, para trabajarla. La recuperación de tierras es legítima porque nos las han arrebatado con violencia, antes y ahora. Somos 14 millones de campesinos despojados por el extractivismo y el monocultivo, y la recuperación de esas tierras despojadas por la colonia y el paramilitarismo es fundamental para nosotros. Es el modo de hacer la verdadera reforma agraria, en un país donde 20 millones de personas tienen problemas alimentarios.
– ¿Cómo son las guardias campesinas?
– Los territorios de las comunidades negras e indígenas tienen sus formas de autogestión y nosotros nos inspiramos en ellas y en las rondas campesinas del Perú. Necesitamos mecanismos de protección para el cuidado del territorio, sin quitar que el Estado tiene la potestad de protegernos. Un gobierno tiene que tener sus planes de vida y su autoprotección, por eso en todas las regiones donde estamos tenemos un total de 1.400 guardias campesinas.
Guardias son varones y mujeres que se forman políticamante en derechos humanos para la convivencia en los territorios. Tenemos la necesidad de un reconocimiento social y político, pero no jurídico, porque son nuestros mecanismos de defensa.
– ¿Cómo se eligen?
– Los eligen las veredas, las comunidades, en base a criterios para poder ser guardia: que no sean alcohólicos, que tengan una convivencia sana, que no haya maltratos ni violencia intrafamiliar. El guardia debe ser un ejemplo y la vereda es la que define quién puede ser elegido para esa tarea de servicio a la comunidad.
-¿Cómo funciona ese poder propio, el poder popular, en los territorios?
– El poder popular se manifiesta en nuestros mandatos sobre el territorio, en la educación popular que apuesta al lenguaje y al conocimiento ancestral de los campesinos. Nuestro poder popular parte de lo propio, de lo que nosotros decidimos, de nuestra autonomía.
Contamos con ocho territorios ya constituidos, cuatro en centro oriente en Arauca en tierras recuperadas a las empresas petroleras, y otros cuatro en Nariño, en el sur del país. Primero se colocan los mojones que delimitan el territorio y luego se hace una especie de inventario de lo que hay, para luego hacer las asambleas que deciden los pasos que vamos a dar.
Hay territoriales propias de los pueblos negros e indígenas, pero también ahora tenemos las territorialidades campesinas. Nuestro proceso se remonta a la ley de reforma agraria de 1994, que creó las zonas de reserva campesina que nunca se implementaron. Por eso nosotros desarrollamos otra territorialidad que son espacio de vida, sin agronegocio ni monocultivos sin con la agricultura campesina.
“Tenemos en desarrollo otros 20 territorios campesinos”, concluye Leonor quien agrega que aunque el primer año de Gustavo Petro fue positivo para ellos, “si no cumple volveremos a movilizarnos”.
***
Los planes de vida definen las formas organizativas autónomas que cumplen la función de autoridad. En la cartilla “Territorios Agroalimentarios,” de 2018, se dice que así como las Concejos Comunitarios son la autoridad en las comunidades negras y los Cabildos en los pueblos indígenas, las comunidades campesinas han desarrollado sus propias formas a lo largo de la historia.
“Conviene retomar y reforzar las instancias de gobernabilidad campesina que vienen funcionando en los territorios como las asambleas, las juntas de acción comunal y guardias campesinas”.
Fuente: desInformémonos