Brasil: Los agrotóxicos en el banquillo
Estudio prueba alteración genética en trabajadores de soja de Porto Alegre. La investigación, publicada a principios de este año, fue realizada entre 2008- 2009 por científicos de varias universidades del sur de Brasil.
Un estudio científico encontró alteraciones en el ADN de trabajadores de la soja expuestos a agrotóxicos de la localidad de Espumoso, en Rio Grande do Sul, uno de los estados de Brasil en que el cultivo de la oleaginosa está más extendido.
La investigación, publicada a principios de este año, fue realizada entre 2008- 2009 por científicos de varias universidades del sur de Brasil, que removieron células bucales para evaluar los efectos de la exposición a agrotóxicos de los trabajadores agrícolas de soja en Espumoso.
Se evaluó a 127 individuos, 81 expuestos y 46 no expuestos.
El estudio reveló daños en el ADN y la presencia de células muertas (cromatina condensada, karyorhectic, y células karyolitic) en los organismos de los trabajadores expuestos.
Las muestras se analizaron por partículas inducidas por emisión de rayos X. Las concentraciones más altas observadas en las células de los trabajadores fueron de magnesio, aluminio, silicio, fósforo, azufre y cloro.
Los investigadores recomendaron que se lleve a cabo un monitoreo de toxicidad genética en los trabajadores agrícolas de soja expuestos a agrotóxicos.
En todo el mundo, los agrotóxicos han sido ampliamente utilizados desde la década de los 40.
Brasil es el mayor consumidor de ese tipo de sustancias: entre 1991 y 1998 las ventas locales de agrotóxicos aumentaron 160 por ciento.
El gigante sudamericano es, a su vez, el segundo mayor productor y exportador mundial de soja. Su territorio agrícola dedicado al cultivo de la oleaginosa ha aumentado de 11,5 millones de hectáreas en 1990 a 21,7 millones en 2009.
Cinco estados son responsables del 80 por ciento de la producción de soja de Brasil. Uno de ellos es el de Rio Grande do Sul.
El aumento de la producción de soja implica el uso de varios agrotóxicos para la protección de cultivos y control de plagas. Los trabajadores agrícolas están expuestos simultáneamente a una mezcla compleja de insecticidas, talescomo organofosforados, piretroides, y organoclorados, así como fungicidas y herbicidas empleados en la preparación y aplicación de estos productos químicos.
Los efectos a la exposición prolongada a dosis bajas de agrotóxicos son a menudo difíciles de evaluar, ya que los signos y síntomas asociados pueden no manifestarse clínicamente.
La información acerca de la toxicidad de los agrotóxicos puede no ser suficiente para medir los riesgos sanitarios. Algunos de sus compuestos son considerados posibles iniciadores de cáncer y pueden conducir a una mayor incidencia de enfermedades crónicas y degenerativas y de malformaciones congénitas como consecuencia de sus efectos genotóxicos.
Estos últimosvarían considerablemente, dependiendo del grado de intoxicación, la vía de absorción, las características específicas de los productos, las prácticas de cultivo y factores individuales como la edad, el sexo, el estado nutricional y el estado de salud en general del aplicador o aplicadora.
Probablemente si estudios como este se llevasen a cabo en otras regiones de Brasil o en otros países de América Latina donde se cultiva soja transgénica u otros monocultivos, como Argentina, Paraguay y Uruguay, los resultados serían muy similares a los conseguidos por el equipo de Rio Grande do Sul.
En Montevideo, Por María Isabel Cárcamo
Ilustración: Allan McDonald - Rel-UITA
Fuente: Rel-UITA, 25 de julio de 2013