Bosque nativo y formaciones xerofíticas en peligro: otra vez el gobierno cede ante la inversión
Una polémica modificación al reglamento de suelos, aguas y humedales del Ministerio de Agricultura (Decreto N°82) está poniendo en riesgo ecosistemas fundamentales para la biodiversidad. En el Día Internacional de los Bosques, Flavia Liberona, directora ejecutiva de Fundación Terram, se refiere a cómo nuevamente, la permisividad gubernamental frente a intereses económicos está acelerando la pérdida de los bosques nativos y formaciones xerofíticas.
El 13 de marzo de 2025, el Diario Oficial publicó una modificación al reglamento de suelos, aguas y humedales (Decreto N° 82 del año 2011, Ministerio de Agricultura), el cual establece modificaciones sustantivas al contenido del decreto N° 82, obviamente y como ha sido la tónica del gobierno en desmedro de los bosques nativos y formaciones xerofíticas (plantas de climas áridos y semiáridos con bajo requerimiento de agua).
Para entender la magnitud de esta medida, hay que revisar la historia reciente del bosque chileno. En 1974, se promulgó el Decreto Ley N° 701, mediante el cual se impulsó la tala y sustitución del bosque nativo, lo que facilitó el establecimiento de plantaciones forestales de especies exóticas como pino y eucalipto. El citado decreto bonificaba las plantaciones forestales con dineros públicos, lo que permitió el desarrollo del modelo forestal chileno, entregando beneficios hasta el año 2012.
En paralelo ocurría otra destrucción de bosque nativos, en particular de Chiloé, los que eran talados y transformados en astillas que se exportaban principalmente a Japón. En esa época era frecuente ver en Puerto Montt cerros de astillas del bosque chileno que estaban a la espera de ser cargadas en barcos. La evidencia demuestra que entre 1974 a 1990, Chile perdió una gran cantidad de la superficie forestal original.
En 1990, con la llegada de Patricio Aylwin al gobierno, existía una gran preocupación sobre el destino que tendrían nuestros bosques. Es por ello que el expresidente Aylwin el año 1992 envía al parlamento el proyecto de Ley sobre Recuperación del Bosque Nativo y Fomento Forestal. El mensaje con que se introduce el texto legal al parlamento es algo que vale la pena de leer, pues da cuenta de un momento de la historia del país y del planeta, además es inspirador y releva la importancia de la naturaleza para nuestras vidas. Pese a esto el parlamento puso trabas a su tramitación, las grandes empresas forestales no estaban de acuerdo con el texto que en teoría frenaba la sustitución de bosque nativo. Finalmente, tras 16 años en el parlamento se logró aprobar un texto legal, el cual fue trabajado con sectores productivos, académicos, ONGs, pequeños propietarios forestales, entre otros.

Luego de aprobada la Ley sobre Recuperación del Bosque Nativo y Fomento Forestal N° 20.283 el año 2008, vino la elaboración de los reglamentos, siendo uno de ellos el llamado Reglamento de Suelos, Aguas y Humedales (Decreto N° 82 del año 2011, Ministerio de Agricultura), el cual estableció los criterios de resguardo de vegetación nativa para la protección de suelos, cursos de agua y humedales. En el proceso de implementación de la ley, este reglamento tiene un rol fundamental, ya que implícitamente reconoce la importancia del bosque nativo y formaciones xerofíticas para la protección de suelos, aguas y humedales. Al mismo tiempo que establece un conjunto de exigencias que deben ser cumplidas para poder cortar, talar, descepar (arrancar de raíz) bosque nativo y formaciones xerofíticas.
Dicho todo lo anterior, recientemente con la firma del presidente Boric y el ministro Valenzuela se publicó en el Diario Oficial una modificación a este reglamento, en la cual el gobierno ha eliminado las exigencias establecidas para la protección de especies en categoría de conservación cuando se trata de obras civiles y para el bosque nativo y formaciones xerofíticas cuando se trata de cambio de uso de suelo (artículos 19 y 21 de la Ley N° 20.283), abriendo así paso al posible incremento de incendios forestales intencionales, como también para las parcelaciones.
En definitiva, el gobierno sin ninguna justificación ha decidido implementar una política regresiva, optando por desproteger las formaciones vegetacionales nativas y facilitar el desarrollo de obras civiles y cambios de uso de suelo con menos resguardos ambientales.
Para ser bien claros, el gobierno mediante la modificación de este decreto está bajando las exigencias permitiendo el desarrollo de proyectos de inversión, sean estos tendidos eléctricos, proyectos mineros, desaladoras, así como también las parcelaciones. Esto es claramente un retroceso en la protección y conservación de nuestro patrimonio forestal, así como en materia ambiental.
Sin duda el ministro Valenzuela y el presidente de la república no valoran la importancia que tienen nuestros ecosistemas naturales como, bosque nativo y las formaciones xerofíticas, para paliar los efectos del cambio climático, frenar la erosión, absorber dióxido de carbono y contribuir en el ciclo hidrólogo y resguardar cursos de agua y cabeceras de cuenca.
Una vez más lo único que es relevante al gobierno es facilitar la inversión, y si para eso hay que implementar una agenda regresiva que destruye el patrimonio natural de Chile no importa.
Fuente: Fundación Terram