Tren Maya: El tren que no tiene permiso

La puesta en marcha de un tren de mil 500 kilómetros que tendrá 15 estaciones a lo largo de los estados de Quintana Roo, Yucatán, Campeche, Tabasco y Chiapas. Un proyecto que es presentado por el gobierno federal como un plan “integral de ordenamiento territorial, infraestructura, crecimiento socioeconómico y turismo sostenible”, y que, se argumenta, tiene como principal objetivo “el bienestar social de los habitantes de la zona maya”, con la conexión de “las principales ciudades y circuitos turísticos de la región para integrar territorios de gran riqueza natural y cultural al desarrollo turístico, ambiental y social en la región”.

El tren que no tiene permiso. Tren Maya

Lo que está en disputa son dos proyectos de país. El que propone el gobierno federal a través de Rogelio Jiménez Pons, director del Fondo Nacional de Fomento al Turismo (Fonatur) y encargado del gobierno federal para el Tren Maya, en una entrevista con Claudia Ramos publicada en Animal Político: “No se vale hacer ningún desarrollo si no tiene su zona de la gente más modesta ubicada dignamente en las cercanías de las áreas de producción. ¿Para qué? para que puedan ir a trabajar a pie. Hasta pedir limosna si hace falta, pero a pie”. Y, por otro lado, el que quiere preservar “lo poco que nos queda, el monte, nuestra forma de vivir, nuestra organización, nuestra lengua y nuestra cultura”, como dice el poeta y activista maya Pedro Uc, de la Asamblea de Defensores del Territorio Maya Múuch’ Xíinbal.

El tren proyectado tendrá una velocidad media de 160 kilómetros por hora y un uso para pasajeros, turismo y carga, con estaciones en Palenque, Tenosique, Escárcega, Campeche, Mérida, Izamal, Chichén Itzá, Valladolid, Cancún, Puerto Morelos, Playa del Carmen, Tulum, Felipe Carrillo Puerto, Bacalar y Calakmul.

Con una inversión inicial de 6 mil millones de pesos, se pretende construir en cuatro años para que inicie su operación en el quinto año del sexenio. Las promesas gubernamentales son: generar empleos, detonar la economía de la región y desarrollar infraestructura con servicios básicos para mejorar la calidad de vida de los habitantes.

Sin estudios de impacto ambiental y sin la realización de una consulta indígena a los pueblos afectados como la mandata el Convenio 169 de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), el proyecto denominado Tren Maya es cuestionado por organizaciones indígenas, empezando por el nombre: “¿quién les prestó lo maya? Puede ser el tren rápido, el tren ligero, el tren chulo, el tren pinto, ¿por qué el Tren Maya?, ¿por qué juegan con nuestra identidad? Los mayas son únicos, son sagrados, seres muy inteligentes y muy valiosos como para ponerle a un canijo tren ‘maya’”, reclama María del Carmen Salgado Vázquez, del colectivo Las Florecitas de Xcanan, de la comunidad Nueva Vida, Calakmul.

"El tren que no tiene permiso" forma parte del proyecto multimedia "Derecho de réplica. Hablan los pueblos", producido por el portal digital Desinformemonos.org

Fuente: Desinformémonos

Temas: Megaproyectos, Pueblos indígenas, Tierra, territorio y bienes comunes

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