Usurpación de la tierra en Palestina: ¡Alto a la limpieza étnica!

Por GRAIN
Idioma Español
País Asia
- Foto: Comunidad campesina palestina expulsada de sus tierras en Susia, al sur de Hebrón, 5 de junio de 2013. Tal King- Flickr.

En enero, la organización campesina palestina Unión de Comités de Trabajo Agrícola” (UAWC por sus siglas en inglés) lanzó una alerta   urgente a la comunidad internacional sobre la escalada de violencia israelí en Cisjordania y los planes de anexar 30% del territorio.

Luego del frágil cese al fuego en Gaza, Cisjordania pasó a ser el nuevo centro de la crisis. Aprovechándose de la impunidad que ha gozado en Gaza – donde el genocidio y la  utilización del hambre  como arma de guerra se desplegaron bajo el pretexto de combatir a los grupos armados palestinos – Israel ahora intensifica la usurpación violenta de tierras palestinas.

La anexión ilegal de Cisjordania, incluyendo Jerusalén oriental, se realiza a través del reemplazo sistemático de las comunidades palestinas por colonias israelíes. Una de las zonas más importantes del punto de vista agrícola en Palestina está ubicada en el Área C de Cisjordania, la cual está bajo directo control militar israelí. Allí, la UAWC denuncia que 58 mil personas enfrentan la amenaza inminente de desplazamiento forzado.  Según las Naciones Unidas, entre octubre 2023 y noviembre 2024, se construyeron nueve asentamientos y 49 puestos de avanzada en tierras palestinas – un aumento de 193% comparado con el año anterior. Durante el mismo período, más de 1.600 casas palestinas fueron demolidas y en enero de 2025, el número de puestos de control militar y accesos con cierres metálicos aumentaron a  casi 900.

Uno de los principales puntales de la estrategia de acaparamiento de tierras por parte de  Israel es el uso de la violencia ejercida desde los asentamientos ilegales para impedir que el campesinado palestino acceda a sus tierras de cultivo y a sus pasturas. Los ataques a las comunidades campesinas han aumentado de manera alarmante, llegando a llamados a una “segunda Nakba”. Una delegación enviada recientemente por La Vía Campesina constató la confiscación de  más de 5. 000 hectáreas desde octubre de 2023 y la destrucción sistemática de los medios de vida rurales a través de la demolición de casas, usurpación de tierras y restricciones al acceso al agua.

Otra dimensión del sistema de apartheid, documentado por  Who Profits, es la expansión de las empresas israelíes de agronegocios en los asentamientos ilegales en Cisjordania y en la zona ocupada del Golán sirio. Estas corporaciones se benefician de impuestos bajos, de fuerza laboral barata palestina y de regulaciones ambientales laxas. Entre ellas se encuentran: Netafim y Rivulis (riego), Afimilk (lácteos), CBC Group (Coca-Cola Israel), Adama y Haifa Chemicals (pesticidas), ICL (fertilizantes), Hazera (semillas) y Tahal (infraestructura hídrica). Aunque algunas operan bajo las banderas de México, Holanda, Francia, China o de Estados Unidos, son parte de las estrategias de Tel Aviv para expandir los mercados de las corporaciones israelíes y, a menudo, forman parte de delegaciones oficiales del gobierno. Estas compañías también tienen un  importante papel en la promoción de la agricultura industrial en otros países del Sur Global, debilitando los sistemas alimentarios locales mucho más allá de Palestina.

A pesar del genocidio en Gaza y de la escalada de violencia en Cisjordania, la resiliencia del pueblo palestino es una fuente de inspiración para el mundo. Las campesinas y campesinos de Palestina han estado en la primera línea de la resistencia por largo tiempo, incluso  desde antes de la Nakba. Esta es la razón por la cual son el principal objetivo para Israel.

Al momento de escribir esto, el mundo quedó atónito ante la escandalosa idea del presidente de los Estados Unidos de realizar una limpieza étnica en Gaza. Esta propuesta no solo legitima el desplazamiento sistemático del pueblo palestino por parte de Israel, sino que también refleja una respuesta desesperada ante la ola mundial de solidaridad con Palestina. El pueblo palestino ha dejado clara su postura: se niega a ser desarraigado de su tierra.

GRAIN se solidariza con los movimientos en Palestina y en todo el mundo. Junto a ellos hacemos un llamado a la finalización inmediata de las operaciones militares y de la violencia que ejercen los asentamientos israelíes, a implementar sanciones a través de medidas como embargos de armas y comerciales, así como a apoyar los casos en curso en la Corte Internacional de Justicia. Apoyamos las demandas de la sociedad civil, de movimientos sociales y  sindicatos de boicotear acuerdos comerciales con Israel y de suspender los acuerdos existentes, como el Tratado de Libre Comercio con la Unión Europea. Reafirmamos nuestro compromiso con la lucha palestina por la descolonización y apoyamos todos los esfuerzos para  boicotear, retirar inversiones y sancionar a Israel, a las compañías israelíes y a otras corporaciones que operan en los territorios ocupados.

Fuente: GRAIN

Temas: Defensa de los derechos de los pueblos y comunidades, Desigualdad

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