Uruguay: contaminación de por vida
Los agrotóxicos, son sustancias diseñadas para destruir organismos que atacan los cultivos agrícolas. Tanto su producción, como su uso, y su eventual conversión en productos obsoletos, son una fuente de contaminación.
Son categorizados como “obsoletos” aquellos agrotóxicos que no se pueden o no se quieren seguir usando y deben ser eliminados. Esta categoría incluye a los agrotóxicos que están pasadas de fecha, o que han sido prohibidos o fuertemente restringidos o que se encuentran deteriorados. Generalmente estos son depositados en lugares que no cuentan con condiciones de almacenamiento seguro.
La Dirección Nacional de Medio Ambiente (DINAMA), bajo el plan de implementación del Convenio de Estocolmo, convenio que establece medidas para la eliminación de la producción y uso de los Contaminantes Orgánicos Persistentes (tales como el DDT, eldrin, aldrin, entre otros), llevó a cabo en el 2006 un registro de los agrotóxicos obsoletos. En éste se registraron 20 toneladas de sustancias ubicadas principalmente en instituciones públicas.
Entre las sustancias químicas registradas figuran 8 toneladas de gamma-HCH Gamexán (lindano) y 400 litros de DDT. Sin embargo, es probable que existan más sustancias obsoletas que no han sido declaradas y que se encuentran incluso en galpones de chacras dispersas en el país. Como han pasado varios años desde que se hiciera ese registro, es probable que tanto los plaguicidas obsoletos como los sitios contaminados sean al presente muchos más.
Bajo la implementación de ese convenio también se identificaron 353 sitios potencialmente contaminados, tales como instalaciones industriales o comerciales, terrenos y suelos públicos o privados abandonadas o en uso, donde se incorporan los residuos tanto en profundidad como superficialmente. En ocasiones el “sitio” corresponde a cuerpos de agua (río, laguna, bahía) en los cuales se vierten materiales o líquidos peligrosos, creándose en ellos un foco contaminante.
Estos lugares contaminados son producto de la actividad humana, generalmente por manejo inadecuado o por disposición final clandestina de residuos peligrosos, y a veces también por derrames accidentales.
Muy probablemente el lugar de disposición de las 20 toneladas de plaguicidas obsoletos, pueda ser catalogado como “sitio” contaminado.
Accidente provocado por agrotóxico obsoleto
El día 15 del presente mes alrededor de 10 trabajadores de la Cooperativa Agraria Limitada Mercedes (CALMER), del departamento de Soriano, fueron asistidos en Emergencia del Sanatorio de CAMS, presentando distintos síntomas de intoxicación luego de haber estado expuestos a los gases de un potente herbicida. La sintomatología estuvo vinculada a problemas digestivos, vómitos y fuerte dolor de cabeza. La primera medida al ser recibidos en el centro asistencial fue ducharlos para evitar contaminación por medio de piel, desechándose la ropa.
El hecho ocurrió cuando se procedía a mover tarrinas de 5 y 10 kilos que estaban almacenadas en el exterior de un galpón, las que contenían un herbicida líquido vencido. De acuerdo al encargado de la planta de CALMER, los recipientes habían estado almacenados allí desde hace más de dos años, esperando saber qué destino darles, ya que se habían hecho las consultas pertinentes a DINAMA y en Uruguay no hay dónde desechar estos productos. El paso del tiempo provocó que uno de los envases se deteriorara y al momento de movérselo comenzó a sentirse un fuerte olor y quienes trabajaban dentro del galpón comenzaron a sentir estos gases, que fueron rápidamente esparcidos por el viento existente.
El encargado dijo que quienes cumplían con este trabajo estaban usando guantes, máscaras de goma y protectores, situación que revela que las medidas de seguridad y precaución limitan la exposición, pero no la pueden evitar totalmente.
Cabe enfatizar que agrotóxicos obsoletos como los que provocaron la intoxicación en CALMER existen en distintos puntos del país y que solo es cuestión de tiempo para que estos muestren lo que son: venenos.
Es igualmente importante aclarar que la destrucción de los mismos también contamina, ya que “nada se destruye, todo se transforma”. Dado que desde su producción y uso a su “supuesta destrucción” tales productos contaminan, lo más sabio sería que no se produjesen y que la agricultura adoptase alternativas agroecológicas para su producción.
María Isabel Cárcamo
Noviembre 2010
Fuente consultada: ver aquí
Fuente: RAPAL Uruguay