Samir sin reversa
"Mi nombre es Samir Flores Soberanes, esta es la comunidad de Amilcingo, municipio de Temoac, Morelos. Soy campesino orgullosamente. ¿Qué es lo que me gusta de mi pueblo? De mi pueblo me gusta todo, sus barrancas, el ejido, el campo donde cultivamos, la gente con la que me topo a diario, mis vecinos, la comida de la región, me gusta todo".
Samir no conocía el miedo, dice su padre Cirino Nabor Flores, a quien le hubiera gustado que lo conociera, pues así, piensa, a lo mejor estaría vivo. Sentado en el patio de su casa, habla por vez primera de su primogénito, el luchador social, organizador de pueblos y defensor del territorio asesinado el 20 de febrero de 2019. No es fácil. La voz se corta, los silencios se alargan, la vista se nubla. Una luz aparece en su rostro cuando lo recuerda de pequeño: parlanchín, preguntón, sociable, juguetón y bueno para la calle, tanto que a los cinco años ya se regresaba solo del kinder “Siervos de la Nación”, a donde sólo permitió que su mamá lo acompañara los primeros días.
Su viejo carrito blanco iba y venía cargado de propaganda, bocinas y compañeros y compañeras que recorrían los pueblos dando información. No hay quien no recuerde que tenía que estacionarlo donde no ocupara la reversa, pues no tenía la función e invariablemente alguien tenía que bajarse a empujar. Tampoco tenía limpiaparabrisas, por lo que cuando llovía Samir manejaba con una mano y sacaba medio cuerpo para limpiar con la otra. «Samir era como su carro, tampoco tenía reversa”, dice sonriendo Miguel López, de Zacatepec. Juan Carlos Flores y Jorge Velázquez ríen también al recordarlo. No hay quien no haya empujado el viejo y destartalado Golf.
En el marco del segundo aniversario del asesinato de Samir Flores Soberanes, compartimos el libro Samir sin Reversa, de Gloria Muñoz Ramírez, para su libre circulación y descarga:
Fuente: Desinformémonos