¿Qué son los transgénicos u Organismos Genéticamente Modificados?
Los organismos genéticamente modificados son seres vivos a los que por técnicas artificiales se les ha introducido un gen de una especie distinta que jamás llegaría a estar de forma natural en ellos. Se producen OGM de plantas, animales y microorganismos realizando transferencias de genes entre cualquiera de estos reinos
La tecnología por la que se produce la transferencia de genes (ingeniería genética) es muy imprecisa y requiere de la utilización de otros genes además del gen que se busca transferir.
Con la modificación genética se busca pasar determinada característica de un ser vivo a otro que no la posee. Esa posibilidad de la ingeniería genética se ha difundido masivamente en su aplicación en la alimentación como la gran posibilidad para obtener más y mejores alimentos y resolver “el problema del hambre en el mundo”.
Sin embargo, las dos principales características genéticas introducidas en la actualidad en la casi totalidad de los OGM que se cultivan comercialmente son la resistencia al glifosato (un herbicida) y la introducción del gen que codifica la producción de la toxina Bt (proveniente del Bacillus thuringiensis) produciendo plantas biocidas. Estas modificaciones genéticas no sólo no representan ninguna ventaja para los consumidores desde el punto de vista nutricional, sino que sólo han facilitado un modelo de agricultura industrializado y sin agricultores.
Sin lugar a dudas los únicos beneficiarios de los OGM han sido las grandes transnacionales de la vida que, encabezadas por Monsanto, buscan controlar el multimillonario negocio de la alimentación en el planeta. Este es el verdadero motivo por el que se han desarrollado los OGM y así se desenmasacara uno de los mayores crímenes que se están cometiendo contra la humanidad en la actualidad: la destrucción y apropiación de la base del sustento de todos los pueblos de la tierra.
¿Por qué la sociedad civil rechaza los transgénicos?
Las razones del rechazo a los transgénicos desde un amplio espectro de la sociedad civil (organizaciones de consumidores, ecologistas, campesinas) son muchas y se hallan interrelacionadas o estrechamente vinculadas. Por ello es muy importante tener en cuenta esta multiplicidad de motivos y no caer en la simplificación de que el rechazo pasa por “el miedo a lo nuevo” o el “rechazo a la tecnología”.
El primer motivo de la oposición a esta tecnología es el cuestionamiento al modelo de ciencia que la sustenta, que desde el positivismo y el reduccionismo pretende abordar la naturaleza como algo desprovisto de la complejidad que en realidad posee. Esta simplificación es la que permite que se manipule a los seres vivos sin tener en cuenta las consecuencias que sobre la totalidad del planeta dicha manipulación puede tener.
Por eso, la primera exigencia de la sociedad civil es la aplicación del principio precautorio que, consagrado internacionalmente en 1992, establece que: “cuando haya peligro de daño grave o irreversible, la falta de certeza científica absoluta no deberá utilizarse como razón para postergar la adopción de medidas eficaces en función de los costos para impedir la degradación del medio ambiente”. Es a partir de estos preceptos que surgen los análisis de riesgos inherentes a la tecnología, para el ambiente, para la salud y para la agricultura que desarrollaremos brevemente a continuación y que lamentablemente ya se han empezado a confirmar en distintas partes de nuestro globo.
En todos estos planteamientos subyace un profundo cuestionamiento al paradigma (científico, social, ambiental) desde el que se aborda la creación de los OGM, que podría plantearse de manera sencilla como un paradigma de dominación, frente al necesario paradigma de la cooperación que necesitamos desarrollar para garantizar una sociedad justa y sustentable.
Por otro lado, es muy importante remarcar que los organismos genéticamente modificados no son necesarios de ninguna manera para la humanidad. Es una falacia absoluta que se necesiten para resolver los problemas del hambre en el mundo. Ya se plantearon estos argumentos al impulsar en los años 60 la “revolución verde”. Sin embargo, el hambre en el mundo continuó creciendo y las desigualdades en el planeta se han agudizado como nunca en las últimas décadas.
Hoy resulta muy claro que el problema del hambre en el mundo tiene sus raíces en la desigual distribución de las riquezas que nuestra sociedad posee y en la explotación industrial y mercantilista que algunos realizan sobre pueblos y naturaleza. La tierra puede alimentar a todos los que sobre ella vivimos. Pero no puede satisfacer el ansia de dominación, apropiación y poder de algunos.
¿Cúales son los riesgos inherentes a esta tecnología?
La ingeniería genética pone a los científicos a jugar a Dios manipulando virus, bacterias, plantas y animales. Esta experimentación con todo lo vivo entraña inimaginables riesgos en cuanto a la posible creación de nuevos patógenos y enfermedades.
¿Cúales son las amenazas sobre el ambiente? Lamentablemente las amenazas para el ambiente ya se han visto confirmadas. Las semillas de OGM han escapado y contaminado otros cultivos. Sin duda la peor catástrofe en este sentido ha sido la contaminación transgénica del maíz en su propio centro de origen: México.
Además de la contaminación transgénica las semillas genéticamente modificadas contribuyen de manera alarmante a la pérdida de diversidad agrícola uniformando millones de hectáreas en el mundo con monocultivos y desplazando cultivos tradicionales y áreas silvestres.
El paquete tecnológico de semillas resistentes al glifosato ha impulsado un crecimiento en el uso de este biocida que ya ha impactado gravemente sobre poblaciones, bosques, suelo, agua y cultivos. Y ya están surgiendo nuevas supermalezas que resisten al glifosato y obligan a incrementar las fumigaciones y a usar nuevas y más tóxicos herbicidas.
Los cultivos Bt traen también sus consecuencias: el surgimiento de resistencia en los insectos a la toxina Bt y el impacto de estas plantas insecticidas sobre insectos benéficos ocurrirá inexorablemente. Además la permanencia de la toxina Bt en el suelo también afectará a los microorganismos e insectos que allí se desarrollan.
A todos estos problemas se deben sumar los riesgos que aún no podemos predecir y que irán surgiendo en la medida en que se desarrollen nuevos y más peligrosos transgénicos. El desarrollo de las semillas Terminator y de los cultivos biofarmacéuticos son algunos de los graves problemas que ya están amenazando a nuestra sociedad.
¿Cúales son las amenazas sobre la salud?
Ya han aparecido en Estados Unidos productos alimenticios contaminados con transgénicos no autorizados para consumo humano. El caso más notorio fue el del maíz Starlink que desató en el año 2001 un escándalo a nivel internacional.
Pero lo más grave de todo es que al consumir transgénicos estamos siendo expuestos a un experimento masivo de imprevisibles consecuencias.
¿Cúales son las amenazas para los agricultores?
Los agricultores están siendo violentamente desplazados por este modelo industrial de agricultura. Además de perder sus semillas y sus prácticas tradicionales se crea una dependencia absoluta de las empresas que los obliga a comprar cada año la semilla junto con todo el paquete tecnológico necesario para el cultivo. En Argentina ya suman miles los agricultores desplazados por este perverso modelo.
Los “desiertos verdes” cubren millones de hectáreas dejando afuera a los campesinos, a la diversidad y destruyendo suelos, ríos y ecosistemas.
¿Cómo resiste la sociedad civil a los transgénicos?
La sociedad civil se está movilizando en todas partes del mundo y a través de sus diversas y múltiples acciones se une en un solo reclamo: Un mundo libre de transgénicos.
Junto a este reclamo están las propuestas de una agricultura orientada a la soberanía alimentaria de los pueblos, el rechazo absoluto a toda forma de propiedad intelectual sobre la vida y la defensa de las semillas como patrimonio de los pueblos al servicio de la humanidad.
Esta guía ha sido elaborada por Acción Internacional por los Recursos Genéticos (GRAIN). GRAIN es una organización internacional no gubernamental constituida para ayudar a generar una respuesta frente a una de las amenazas más insidiosas para la seguridad alimentaria y la subsistencia en todo el mundo: la erosión genética.
Fuente: One World