Paraguay: Entre la profundización del modelo y la resistencia de los pueblos
El 2017 fue un año de dura disputa entre el modelo de agronegocios y la resistencia campesina, indígena y ciudadana. La perspectiva para el año próximo indica que esta confrontación continuará en un periodo que estará marcado, principalmente, por las elecciones generales del 22 de abril.
La aprobación de dos nuevos eventos transgénicos en el país, uno de maíz y otro de algodón, con lo que ya suman 23 las semillas transgénicas vigentes, ademas del crecimiento en la importación de agrotóxicos y el uso de estos venenos sobre las 5.146.205 hectáreas ocupadas por cultivos del agronegocio. marcan la fortaleza del “modelo de agronegocios” que continúa profundizándose de la mano de un gobierno que ha hecho del “usen y abusen” su doctrina principal y donde las instituciones han sido puestas de manera casi absoluta al servicio del gran capital.
A estas dimensiones ya conocidas del agronegocio debemos agregar la extensión, con mucha fuerza, del cultivo extensivo de arroz en las zonas del país con mayores riquezas hídricas, el cultivo extensivo del cereal ocupa hoy unas 200.000 hectáreas y utiliza tóxicos de gran poder que terminan vertidos en arroyos y ríos de diferentes zonas del país generando un grave impacto ambiental.
Otra arista ya conocida del modelo que ha tomado particular fuerza en este año 2017 es la ganadera, con la instalación de frigoríficos y la masiva deforestación que acarrea el uso de suelo para pasturas. La ganadería ha sido una de las actividades con mayor impacto socio-ambiental en el país durante el año.
Crece la resistencia
Tanto en el ámbito rural como en el urbano la resistencia al modelo agroempresarial crece. En el campo cada vez son más las comunidades que se organizan para resistir ante el avance de la soja y otros cultivos extensivos. Decenas de comunidades han impedido las fumigaciones mediante movilizaciones, en otros casos las organizaciones han logrado la aprobación de ordenanzas municipales que protegen sus territorios contra el avance del agronegocio y apoyan la agricultura campesina.
En la ciudad la conciencia respecto a los problemas generados por el agronegocio también aumenta y va generando redes que permiten nuevos hábitos de consumo y la revalorización de la agricultura familiar campesina e indígena. Así en el 2017 florecieron decenas de ferias autogestionadas de alimentos producidos por campesinos y campesinas que llegan a la ciudad para encontrar un mercado justo.
Las luchas del campesinado y el apoyo de una parte importante de la ciudadanía se reflejaron durante la ya tradicional marcha campesina de la Federación Nacional Campesina y la lucha de la Coordinadora Nacional Intersectorial en reclamo de apoyo a la agricultura familiar acampando durante más de 40 días en la capital del país.
Perspectivas
El 2018 será al igual que el año que culmina un periodo de disputa entre el agronegocio y la agricultura familiar, entre la profundización del extractivismo y la política del uso y abuso o la construcción de un modelo de desarrollo sustentable y que priorice la vida por sobre el lucro.
Esta disputa se dará principalmente por parte de organizaciones y movimientos populares por lo que se espera que sea un periodo de movilizaciones sociales permanentes, como ocurriera este año con las movilizaciones campesinas, las marchas del movimiento de mujeres y las acciones estudiantiles, expresión de resistencia popular a los efectos del sistema capitalista y patriarcal.
El año estará marcado también por la contienda electoral del 22 de abril donde el Partido Colorado buscará dar continuidad a su modelo de la mano de Mario Abdo Benitez, hijo del ex jerarca stronista, mientras que en la oposición, la Alianza Ganar, que une al PLRA y el Frente Guasu, postula a Efrain Alegre y Leo Rubin quienes intentan recuperar de alguna manera el proceso iniciado en abril de 2008 con el triunfo electoral de Fernando Lugo que fuera truncado por el golpe de estado parlamentario de junio de 2012.
Fuente: BASE IS