Nuestro pasado y primeras propuestas de cara a la pandemia

- Resguardo indígena pijao, comunidad de Ilarquito, Coyaima. Construyendo un huerto circular como alternativa para enfrentar el cambio climático. Proyecto liderado por el Grupo Semillas. Foto: Viviana Sánchez Prada.

Somos un espacio de articulación de organizaciones ecologistas, campesinas e indígenas, y de personas que participan a nivel individual para lograr objetivos comunes. Éstos se centran en concertar esfuerzos para preservar la vida, la diversidad biológica, la existencia y los saberes de los pueblos indígenas y las comunidades campesinas que se han desarrollado en estrecho contacto con la naturaleza.

Promovemos la resistencia activa frente a iniciativas legales (pero no morales) y tecnológicas que amenazan estas formas de vida en las esferas nacionales e internacionales.

Nuestros objetivos continúan siendo vigentes globalmente puesto que el medio ambiente es cada vez más un escenario en el que se expresan crecientes contradicciones políticas, económicas y de derechos humanos—escenario acentuado ahora por la actual pandemia. Por ejemplo:

• En conflictos por el uso y el control del territorio y los recursos naturales y la expansión de la agricultura de monocultivo, altamente dependiente de agrotóxicos y abierta a la utilización de nuevas tecnologías de dudosas consecuencias para los seres humanos y el medio ambiente.

• En la apropiación de la biodiversidad y su conocimiento tradicional por medio de distintos pactos internacionales, disimulada en un lenguaje complaciente y engañoso como que fuera “justa y equitativa”.

• En actividades extractivistas como la minería, la explotación petrolera y el control del agua de enorme incidencia en la biodiversidad de los bosques y praderas de los pueblos indígenas y las comunidades locales.

• Según esas áreas de interés, la RCB ejecuta y participa en varios tipos de actividades. Se ofrecen talleres y conferencias organizadas desde la misma Red o por parte de sus organizaciones y personas adscritas; en algunos casos como momentos de formación interna hacia los miembros y en otros casos como eventos abiertos al público. Se ofrecen charlas por invitación de otros colectivos sociales que quieren incorporar discusiones relacionadas con biodiversidad en sus agendas de trabajo. Las y los participantes en la Red colaboran en diversas actividades de capacitación o de discusión interna que después comparten presencialmente o mediante las redes sociales y la internet.

La RCB también lleva a cabo incidencia política. Damos seguimiento a proyectos de ley y de convenios internacionales vinculados con la biodiversidad y los derechos de agricultoras y agricultores y pueblos indígenas que se discuten en la Asamblea Legislativa. Desarrollamos análisis detallados a lo interno de la Red y emitimos comunicados y recomendaciones. En algunos casos hemos preparado mociones para apoyar el trabajo de diputados y diputadas aliadas. También apoyamos a grupos comunitarios para declararse cantones libres de semillas y cultivos transgénicos, y de municipios libres de plaguicidas en áreas públicas, además de elaborar y presentar recursos de amparo y acciones de inconstitucionalidad frente a decretos ejecutivos y leyes consideradas perjudiciales. Por desgracia no siempre tenemos éxito, pero un ejemplo de tenacidad es haber parado la aprobación de la propuesta de ley de certificación de semillas durante más de veinte años.

La RCB cuenta con representación directa o indirecta (a través de alguna organización integrante) en dos comisiones asesoras, la Comisión Nacional de Bioseguridad (CNTBio) y la Comisión Nacional de Gestión de Biodiversidad (Conagebio). Dedicamos también un esfuerzo a sustentar discusiones y propuestas que se desarrollan en esos espacios. Todas las actividades se relacionan con procesos informales de investigación, análisis y desarrollo de argumentaciones sobre las temáticas de trabajo.

Finalmente, desarrollamos acciones de denuncia y sensibilización hacia la opinión pública, emitiendo comunicados, realizando conferencias de prensa y participando en programas de radio y televisión.

Gran parte de nuestro trabajo lo hacemos en coordinación, apoyo y enriquecimiento de organizaciones diversas sobre todo latinoamericanas. Tal es el caso de la plataforma colectiva latinoamericana, Alianza Biodiversidad, que entre otras muchas acciones administra la impresión y distribución de la revista Biodiversidad, sustento y culturas. Con el Colectivo Semillas hemos colaborado en un encuentro regional de sabios y sabias de la semilla y en la redacción y publicación de Cuadernos de Biodiversidad sobre los pactos internacionales que entre otras cosas controlan las semillas. Una organización participante en la RCB está afiliada a la organización internacional Amigos de la Tierra.

Después de la pandemia. Las primeras reacciones al golpe inesperado que recibió el mundo con la expansión y posterior declaratoria de la Covid-19 como pandemia universal, incluyeron un sentimiento inicial de abatimiento e incertidumbre en el país que hicieron resurgir con frecuencia el pensamiento de los años ochenta y noventa: “Comer es primero”. Incluso quienes votaron por el TLC EUCARD (Estados Unidos, Centro América y República Dominicana) parecieron aceptar la idea de fomentar la agricultura campesina local y los huertos urbanos. Después de todo, la piña, las flores y demás productos de agro-exportación no nos dan de comer.

Tras este primer round, la Unión Costarricense de Cámaras y Asociaciones del Sector Empresarial Privado (UCCAEP), se enderezó y se reorganizó cambiando las cosas de manera tajante a su favor, incluyendo la presión para que Costa Rica privatice las pocas instituciones que todavía hacen fuerte la seguridad social y proveen de recursos al Estado. La UCCAEP se ha valido de su fuerte representación e influencia en las esferas gubernamentales y de la existencia de una Asamblea Legislativa anodina y de escasas perspectivas socio-ambientales. Igualmente se apoyan en el condicionamiento ideológico constante y tenaz de los medios de comunicación colectiva de mayor cobertura.

Esta posición privatizadora se vio favorecida también, en el nivel internacional, por los tratados de libre comercio reforzados últimamente con la pertenencia del país a la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), junto con las presiones del Fondo Monetario Internacional (FMI). Punto especial merecen las presiones del FMI y los coqueteos del gobierno para conseguir préstamos leoninos que han sido rechazados en los últimos meses con fuertes manifestaciones públicas de grupos de sindicatos, organizaciones y personas de la sociedad civil que hicieron dar marcha atrás al gobierno que se vio obligado a retirar la propuesta que estaba pronta a ser aprobada. Sin embargo esa idea sigue latente en las esferas gubernamentales.

Ante esa situación, el movimiento ecologista liderado por la Federación Ecologista (Fecon), Coeco Ceiba-AT y la participación entrelazada de activistas de la RCB, propusieron reuniones virtuales para reflexionar sobre las nuevas condiciones y nuestra respuesta. Éstas concluyeron con el documento Ruta de Recuperación Justa, del cual entresacamos algunas de sus conclusiones y remitimos a su lectura completa [1].

Consideramos urgente y necesaria la obligación de plantearnos una ruta de “recuperación justa” construida sobre la base de la justicia ambiental, social, de género y económica. Tal recuperación tiene que estar centrada en el bienestar de los pueblos y el planeta y en una perspectiva de justicia que también contribuya a solucionar las otras crisis sistémicas subyacentes. Para lograr esta recuperación, deben predominar principios discutidos preliminarmente en esas reuniones que servirán de base para apoyar la movilización social fuerte y justa que se lleva adelante en el país.

Extraemos, parafraseamos y resumimos las propuestas concretas más relacionadas con el quehacer de la RCB:

• Sumar fuerzas desde las organizaciones ecologistas, ambientales, sociales, locales y comunitarias, al lado del amplio movimiento popular que se ha levantado en todas las regiones del país para rechazar la falsa solución de más endeudamiento que el gobierno de Costa Rica propone ante la crisis que atraviesa el país.

• Exigir que la situación económica del país sea solventada con la aprobación de medidas de justicia tributaria en la Asamblea Legislativa. Urge una Ley de Emergencia Fiscal Progresiva y Solidaria.

• Exigir que se reviertan las reformas neoliberales que han precarizado las condiciones de trabajo y de vida de la clase trabajadora, al socavarse sus derechos.

• Presionar para el retiro absoluto de las negociaciones con el FMI y el rechazo de medidas de sobreendeudamiento.

• Garantizar el derecho de los pueblos a la tierra, el agua y las semillas y promover que tengan control de sus territorios.

• Reconocer el papel fundamental que tienen las mujeres en la producción de alimentos.

• Promover una estrategia nacional para volver a la tierra/campo revirtiendo las medidas que han debilitado la producción para el consumo. Esto demanda la discusión y acuerdo para suspender el pago de la deuda, la eliminación del IVA y la facturación electrónica a la pequeña actividad agroalimentaria. Igualmente la compra de deuda del sector agropecuario y de las fincas que han sido rematadas y adjudicadas por el sistema financiero nacional para dedicarlas a la siembra para consumo local.

• Destinar los paquetes de recuperación y el gasto público al apoyo prioritario de los pueblos indígenas, las comunidades afrodescendientes, las mujeres del campo y a la clase trabajadora de la economía formal e informal que padecen penurias a consecuencia de la crisis.

• Solventar el déficit en autosuficiencia alimentaria con medidas institucionales de inversión directa como la coinversión estatal en proyectos productivos agroecológicos o pesqueros a escala local.

• Incentivar la producción a gran escala de abonos orgánicos para transitar hacia una agricultura sana que abastezca mercados locales abandonando progresivamente la nociva dependencia de agroquímicos.

• Implementar una reforma agraria integral. Redistribuir las tierras para combatir la concentración, favoreciendo la economía de familias campesinas y la producción local.

• Poner fin a los sistemas de derechos de propiedad intelectual y de registro y certificación de semillas que las privatizan y prohiben su comercialización.

• Recuperar y proteger el conocimiento tradicional sin propuestas relacionadas con la propiedad intelectual.

• Detener el uso indiscriminado de plaguicidas y fertilizantes. Solicitar la prohibición absoluta del uso del glifosato y el paraquat en el país, por sus efectos en la salud pública.

• Fortalecer el manejo comunitario del bosque (MCB) como práctica cultural, espiritual desarrollada por pueblos indígenas y las comunidades locales.

Estas reflexiones corresponden al inicio de nuestras reacciones como movimiento ecologista y requieren de más sesiones para mejorarlas y llevarlas a la práctica.

Nota:

[1] Coecoceiba-AT-Fecon. Ruta de recuperación justa: Reflexión del Movimiento Ecologista, 2020. https://feconcr.com/wp-content/uploads/2020/12/RUTA-TRANSICION-FECON-COECO.pdf

- Para descargar el artículo completo (PDF), haga clic en el siguiente enlace:

Fuente: Revista Biodiversidad, sustento y culturas #107

Temas: Defensa de los derechos de los pueblos y comunidades, Tierra, territorio y bienes comunes

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