La deriva existe y es incontrolable
El impacto en la salud y en el ambiente causado por los agrotóxicos ha sido reiteradamente comprobado por estudios científicos, varias legislaciones nacionales y locales en la región de sudamericana establecen franjas de protección y barreras vivas como medidas de mitigación al impacto que provocan los agrotóxicos al ser diseminados en los campos. Sin embargo, la llamada “deriva” de los mismos sigue siendo un riesgo, por lo que se afirma que no es posible controlar realmente el impacto de estos venenos en territorios cercanos
Al respecto el Ingeniero Químico, Marcos Tomassoni señala que el fenómeno del movimiento de plaguicidas en el aire se denomina técnicamente deriva, y existe aún poca bibliografía al respecto ya que sólo se ha estudiado lo que denomina deriva primaria, es decir las derivas de agroquímicos al momento de la aplicación. Sin embargo, el investigador advierte que debe estudiarse el fenómeno con un abordaje amplio de los movimientos de plaguicidas en el aire a partir de considerar efectos climáticos y fisicoquímicos en tiempos posteriores a las aplicaciones.
“La evidencia de estos movimientos, nos dan elementos suficientes para concluir que las aplicaciones con plaguicidas son incontrolables, dificultando la prevención de las contaminaciones sobre el ambiente y las poblaciones expuestas luego de las aspersiones” indica con claridad Tomassoni. Según su análisis existen tres tipos de derivas:
Deriva Primaria: Movimiento de las sustancias arrojadas que escapan de la parcela asperjada tanto en fase líquida (gotas) como en fase gaseosa (revolatilización), al momento de la aplicación.
Deriva Secundaria: Movimiento de las sustancias arrojadas que escapan de la parcela asperjada mayormente en fase gaseosa (revolatilización), hasta 24 horas posterior al momento de la aplicación.
Deriva Terciaria: Movimiento de las sustancias arrojadas que escapan de la parcela asperjada mayormente en fase gaseosa (revolatilización, polvillo ambiente, efecto saltamontes, otros), hasta un año o más posterior a la aplicación.
“La complejidad de fenómenos que producen una deriva es tal, que involucra la interacción entre la fisicoquímica de las moléculas y sustancias pulverizadas, los factores tecnológicos de la aplicación (tamaño y tipo de pico de pulverizadora, velocidad de máquina, uso de surfactantes y coadyuvantes, otros), y las variables del medio (variación de la humedad y la temperatura ambiente, variación de velocidad y dirección del viento, variación de radiación solar y presión atmosférica, presencia de reversión térmica, entre otros). La conjunción de estos factores al momento de la aplicación y posterior a ella, producen el movimiento de los plaguicidas sin posibilidad alguna del control humano sobre la deriva.” indica el autor del Estudio Generación de derivas de Plaguicidas donde se expone detalladamente respecto a la temática.
En el Informe Con la Soja al Cuello 2021, Tomassoni publica el artículo No hay Deriva Controlable indicando que “se puede señalar que cada día surgen nuevos estudios y pruebas que demuestran que las derivas de plaguicidas son incontrolables. Es clara la evidencia científica que orienta que distancias que superen los 1000 metros de prohibición de aplicaciones de plaguicidas a cercanías a poblaciones, tienen un efecto positivo en la salud de las mismas”. Además agrega que sabiendo que estamos frente a sustancias químicas de alta peligrosidad, siempre debemos apuntar a lograr franjas de protección cada vez mayores, pero principalmente trabajar en una urgente transformación productiva, con reemplazos de insumos.