Con la soja al cuello. Avance de la dependencia agrícola al paquete transgénico altamente tóxico en Paraguay
El primero de diciembre 2021, BASE Investigaciones Sociales (BASE-IS) lanzó su versión 2021 de la publicación anual "Con la Soja al Cuello". A continuación, presentamos segmentos del texto de Lis García de la misma organización, sobre el avance transgénico / tóxicos en Paraguay.
En noviembre del año 2019 el gobierno de Mario Abdo Benítez, hizo la mayor aprobación histórica de eventos transgénicos en el país, con la liberación de 13 eventos genéticamente modificados en tan solo un día. Con ello, Paraguay se ubica en el sexto lugar entre los países que cuentan con la mayor cantidad de transgénicos liberados comercialmente llegando a cuarenta (40) los eventos transgénicos aprobados legalmente para la comercialización, de acuerdo a datos de la Dirección de Bioseguridad Agrícola del Departamento de Manejo de Organismos Genéticamente Modificados del MAG, entre los cuales 24 eventos transgénicos corresponden a maíz, 9 de soja y 8 de algodón.
El 38% de los eventos transgénicos son propiedad de Monsanto, el 22% de Syngenta, el 12% de Dow Agrosciences y el 10% de BASF. Igualmente, en Paraguay se reproduce el esquema de funcionamiento de la cadena de la agroindustria a escala global ya que el 82% de los eventos transgénicos liberados en el país pertenecen a las cuatro corporaciones transnacionales del agronegocio que actualmente son dueñas de todas las semillas transgénicas comerciales a nivel mundial, desde que llevaron adelante megafusiones corporativas concretadas entre los años 2017 y 2018. De hecho, luego de este proceso de megafusiones, estas corporaciones controlan más del 53.2% del mercado global.
Detrás de estas operaciones se encuentran grandes corporaciones de inversión y gestión de activos provenientes del sector financiero, que desarrollan inversiones especulativas en las corporaciones trasnacionales poseedoras del control del 100% del mercado de transgénicos y las dos terceras partes del mercado de agrotóxicos y semillas. Una parte importante de las acciones de cada una de las corporaciones fusionadas se encuentran bajo el control de gigantes gestores de inversión como BlackRock y otros.
Las principales características transgénicas liberadas comercialmente en Paraguay son:
-Tolerante a herbicidas
-Tolerante a insectos lepidópteros plaga y tolerancia al herbicida glifosato
-Tolerante al herbicida glufosinato de amonio, al glifosato y a insectos lepidópteros
-Tolerante al glufosinato de amonio y al glifosato
-Tolerante a la sequía y al glifosato
-Tolerante a glifosato y a dicamba
-Tolerante a los herbicidas 2.4D, glufosinato de amonio y glifosato
-Tolerante a lepidópteros, glifosato, glufosinato de amonio, 2-4D y familia "fops"
-Tolerante a los herbicidas glufosinato de amonio y mesotriona
Con el golpe de Estado de 2012 se inicia una desregulación del marco normativo para la aprobación de eventos transgénicos en Paraguay. En ese momento, ilegítimo e ilegal, el ex presidente Federico Franco derogó toda la normativa hasta entonces vigente sobre procedimientos para la introducción y liberación de semillas transgénicas en el país, y en su lugar promulgó el Decreto N° 9699/2012 que creó la Comisión Nacional de Bioseguridad Agropecuaria y Forestal, esta vez nombrada Comisión de Bioseguridad (CONBIO)
Con ello, el MAG se constituyó en la Autoridad de aplicación del Decreto y concentró el poder, se estableció la figura de liberación de transgénicos "por vía de la excepción", y se eliminó toda especificación sobre los dictámenes de bioseguridad, así como el requisito de licencia ambiental.
Con la notoria disminución de los requerimientos para la liberación de OGM y la falta de claridad de los procedimientos, a pocas semanas del golpe se liberaron con inusitada rapidez un evento transgénico de algodón y cuatro de maíz, a pesar de los cuestionamientos por parte de las organizaciones campesinas y científicas.
Con este antecedente, entre los años 2013 y 2018, durante el periodo presidencial de Horacio Cartes, se liberaron 20 nuevos eventos transgénicos de maíz, soja y algodón.
En el año 2019 se avanzó en la desregulación de este marco normativo. Este proceso habilitó un nuevo marco regulatorio en materia de liberación de eventos transgénicos. A partir del mismo, en Paraguay se pueden aprobar cultivos genéticamente modificados si éstos ya se encuentran aprobados comercialmente en otros países, tan solo completando la evaluación de un formulario, cuyos requisitos procedimentales son meramente descriptivos, y presentando la constancia de aprobación comercial y/o para liberación ambiental y consumo humano y animal siguiendo las guías del CODEX Alimentarius en otros países, teniendo en cuenta los estudios que se han realizado en los terceros países donde están aprobados.
Las políticas de gobierno en materia de liberación de eventos transgénicos se basan en criterios extranjeros y con ello el país perdió aún mayor autonomía en la producción agrícola ya altamente extranjerizada. Este respaldo regulatorio hecho de acuerdo a los intereses de las corporaciones transnacionales que producen transgénicos fue el que permitió al entonces Ministro de Agricultura, Rodolfo Friedmann Alfaro, firmar en el mismo día la liberación comercial de trece nuevos eventos transgénicos.
Aumento del peligro socioambiental frente al avance de soja transgénica en el Chaco paraguayo
Con la liberación del evento transgénico del cultivo de soja conocido como HB4 X RR, resistente a la sequía y al glifosato en el año 2019, sumado al desarrollo de las variedades SOJAPAR13, se dio carta verde al avance de la actividad agrícola extractivista con el cultivo de soja en el Chaco paraguayo, una de las regiones donde el equilibrio ambiental corre serio riesgo debido a las altas tasas de deforestación registradas como consecuencia de la actividad ganadera, que podrían agravarse a partir del avance de la agricultura basada en la biotecnología transgénica, acompañada de un fuerte incremento de la contaminación con agrotóxicos altamente peligrosos.
Entre las zafras 2018/19 y 2019/20 el cultivo de soja transgénica pasó de ocupar una superficie de 363 a 5.000 hectáreas en Alto Paraguay, y de 5.036 a 25.000 hectáreas en Boquerón, lo que significa un crecimiento de cerca de 80 a 93% respectivamente en tan solo un año. Para agosto del 2021, en el Departamento de Alto Paraguay hay ya más de 7.000 hectáreas de cultivo de soja, con una cosecha de 9.000 toneladas de granos, junto a la instalación y funcionamiento del primer silo agroindustrial del Departamento, denominado "Agrosilo Menegat S.A." con capacidad para 5.000 toneladas.
Aumento en la importación de semillas transgénicas en Paraguay
En el proceso de desregulación de la normativa para la aprobación de eventos transgénicos, la importación de semillas transgénicas ha aumentado exponencialmente, por lo tanto, también se ha recrudecido la dependencia de la producción agrícola hacia el paquete tecnológico de las principales corporaciones transnacionales del agronegocio.
Entre los años 2015 y 2016 la importación de semillas transgénicas de maíz ha pasado de 6.250 bolsas a más 450 mil. Para el año 2018 la importación de semillas transgénicas de maíz representaba ya el 87,5% del total de semillas importadas de este cultivo, lo cual representa un serio riesgo para las semillas nativas y criollas y la cultura agroalimentaria nacional y regional.
En el año 2020 el 51% de las importaciones de semillas corresponden al cultivo de maíz, con más de 13.000 toneladas, prioritariamente de variedades transgénicas; y el 35% de estas importaciones constituyen variedades transgénicas de soja. Las principales corporaciones transnacionales responsables de la importación de semillas transgénicas de soja y maíz al país son, Monsanto Paraguay S.A. por un valor de US$ 12.116.737, Syngenta Paraguay S.A. por US$ 13.169.016, y Dow Agrosciences Paraguay S.A. por US$ 9.444.788,29.
Crecimiento del mercado de agrotóxicos en Paraguay
En Paraguay, desde la aprobación en el año 2001 del primer evento transgénico, la importación de agrotóxicos fue creciendo sostenidamente. Según datos publicados por Servicio Nacional de Calidad y Sanidad Vegetal y de Semillas (SENAVE), la importación de agrotóxicos pasó de 8.800 toneladas en el año 2009 a 52.000 toneladas en el año 2017, llegando en el año 2020 a la importación de más de 54.000 toneladas de agrotóxicos altamente peligrosos.
En el año 2020 el principal país de origen de los agrotóxicos importados al país fue China, con más de 30 mil toneladas de estos insumos químicos, lo cual significa una concentración del 60% de éstos por parte del gigante asiático. Le siguen Argentina (11%), India (10%) y Brasil (9%). Por su parte, el 21,3% de las importaciones de agrotóxicos están concentradas en manos de las corporaciones transnacionales Bayer-Monsanto, Syngenta, Dow Agrosciences, y BASF. El resto de las importaciones se reparten entre una serie de empresas semilleras mayormente de capital chino e indio, y otras asentadas en Paraguay principalmente de capital brasilero.
En Paraguay, el 63% de los agrotóxicos importados en el año 2020 son herbicidas altamente tóxicos, entre los que se encuentran el glifosato con la importación de 14.292,5 toneladas; el Paraquat con la importación de 7.439,3 toneladas (prohibido en la Unión Europea y diez países más); y el 2-4D con la importación de 1.716,98 toneladas (libera dioxinas en el ambiente). Todos ellos se encuentran en la lista de pesticidas altamente peligrosos confeccionada por científicos internacionales agrupados en la Red de Acción de Plaguicidas (PAN por sus siglas en inglés).
Los fungicidas representan el 20% de las importaciones de Mancozeb, con 5.227 toneladas importadas. Éste forma parte de la lista de pesticidas altamente peligrosos debido a que se ha descubierto que es disruptor endocrino. En el caso de los fungicidas, el 37.5% del total representa combinaciones de principios activos que en muchos casos son también altamente peligrosos, como por ejemplo la combinación de Mancozeb con Tebuconazole. Este último es al igual que el primero, disruptor endocrino y además es fatal si se inhala.
Los insecticidas representan el 15% del total de las importaciones de agrotóxicos en el año 2020. Los más importados fueron Tiametoxam, con una importación de 1.030 toneladas, y Acefato con una importación de 1.598 toneladas. Ambos son altamente tóxicos para abejas. El 15% del total de insecticidas importados representa una combinación de varios principios activos altamente tóxicos como por ejemplo, la combinación entre Tiametoxam con Lambdacialotrina o Bifentrin, que también son altamente tóxicos para abejas, fatales si se inhalan y disruptores endocrinos.
El libro se puede descargar en bit.ly/ConLaSojaAlCuello2021
Fuente: BASE Investigaciones Sociales