Carta de organizaciones a Chávez: "con soya en nuestros países no puede haber ALBA"
Nos preocupa que los convenios que la República Bolivariana pueda realizar con la Argentina... permitan la importación de maquinarias o tecnologías que instalen escalas y prácticas sobre el suelo que comprometan la construcción de una verdadera soberanía alimentaria en Venezuela. Creemos que el ALBA es la contraparte justa que nuestros pueblos pueden oponer al ALCA y a las concepciones de libre mercado, pero también creemos que con soya en nuestros países no puede haber ALBA, porque tanto los monocultivos de soya, como las cadenas agroalimentarias basadas en la incorporación de subproductos de soya a los alimentos humanos, son el ALCA
Para: Excelentísimo Señor Presidente de la República Bolivariana de Venezuela, Sr. Hugo Rafael Chávez Frías
De: lista de signatarios
Estimado Sr. Chávez:
Quienes suscribimos esta carta queremos en primer lugar felicitarlo por su labor en Venezuela y en el exterior en pos de una sociedad más justa y equitativa. Reconocemos especialmente los esfuerzos por la reforma agraria y el plan nacional de semillas que evitará que los campesinos de Venezuela se vean obligados a depender de las semillas transgénicas patentadas producidas por las grandes empresas transnacionales como la empresa de origen estadounidense Monsanto. Sin embargo, tenemos conocimiento de que desde hace varios meses Venezuela importa soya transgénica de Estados Unidos de América y de Paraguay, comercio que en nuestra opinión se contradice con la imagen que Ud. envía al mundo entero.
Los productos transgénicos han sido sistemáticamente rechazados por los consumidores europeos y asiáticos por los riesgos que significan para la salud humana, incluyendo alergias, trastornos inmunológicos y otros impactos graves a largo plazo. Es tal el rechazo a los transgénicos que los europeos no lo quieren ni siquiera para alimentar a su ganado. Es inaceptable que estos productos entren en la cadena alimenticia humana en América Latina.
Quizás Ud. no esté al tanto de que la autorización otorgada por su gobierno a la importación de soya transgénica ha tenido repercusiones negativas en la economía boliviana. Los agricultores convencionales bolivianos han perdido su mercado de exportación. Por consiguiente, el gobierno de Bolivia autorizó en julio el cultivo de la polémica soya transgénica con el argumento de que la soya convencional ya no era competitiva.
Por otra parte, las repercusiones del modelo soyero en el Cono Sur han sido catastróficas.
En el caso particular de Paraguay, a diario se expulsan comunidades indígenas y campesinas de sus tierras para ocuparlas con monocultivos de soya; toda protesta es brutalmente reprimida y no son pocos los campesinos encarcelados, torturados y asesinados. Los grandes latifundistas, muchos de ellos extranjeros, amenazan e intimidan a la gente.
Prácticamente no va quedando selva en Paraguay, país que nunca se recuperó de la "Guerra Grande", guerra imperialista orquestada por Gran Bretaña en el siglo XIX.
Como consecuencia de esta extensión de la soyización en Paraguay, el consumo masivo de agrotóxicos se ha disparado y muchas personas, sobre todo niños, se han enfermado y hasta han muerto a causa de las intoxicaciones.
Como Ud. seguramente sabe, desde hace varios años existe una oposición mundial al cultivo y comercialización de soya transgénica por parte no solamente de la sociedad civil sino también de muchos gobiernos. De hecho, los monocultivos industriales de soya que se vienen imponiendo a los pequeños y medianos agricultores desde hace décadas para exclusivo beneficio de un puñado de multinacionales y grandes terratenientes, los mismos que hoy promueven la soya transgénica, han tenido consecuencias catastróficas sobre el medio ambiente, la salud, la economía y también el sustento de millones de familias de agricultores.
Debemos recordarle, Sr.Chávez, que la "contrarreforma agraria" que la soya transgénica llevó a cabo en la Argentina, donde los monocultivos y la concentración de tierras en propiedad y en alquiler por los llamados pooles de siembra ha logrado concretar un modelo de “agricultura sin agricultores”, con masivas expulsiones de población rural, deforestación, destrucción de ecosistemas y transformación de las ciudades en megalópolis ingobernables como consecuencia del despoblamiento y el desempleo rurales.
Debemos recordarle también que tanto esa tragedia como la pérdida por parte de Argentina de su soberanía alimentaria ocurrieron en exclusivo beneficio de un modelo de agroexportación con agroindustria de la soya y cadenas agroalimentarias que han transformado las costumbres alimenticias de los argentinos. Y se ha llegado a la penosa situación de que en Argentina, que alguna vez fuera conocida como el granero del mundo, hoy millones de indigentes sobrevivan malamente con planes clientelares y raciones de soya transgénica que se cultivan para exportar como alimento de rumiantes europeos y aves de corral de China.
A esto hay que sumar el problema de las regalías que las empresas transnacionales dueñas de las patentes de la soya transgénica quieren cobrar a los productores de la región, y que el negocio de la soya, incluyendo industrialización, transporte y comercio internacional, está en manos de empresas transnacionales, las mismas que usan nuestro fértil suelo sudamericano para incrementar sus ganancias.
Por todo lo anterior, nos preocupa que los convenios que la República Bolivariana pueda realizar con la Argentina incluyan a los responsables técnicos o ideológicos de ese modelo o permitan la importación de maquinarias o tecnologías que instalen escalas y prácticas sobre el suelo que comprometan la construcción de una verdadera soberanía alimentaria en Venezuela.
Creemos que el ALBA es la contraparte justa que nuestros pueblos pueden oponer al ALCA y a las concepciones de libre mercado, pero también creemos que con soya en nuestros países no puede haber ALBA, porque tanto los monocultivos de soya, como las cadenas agroalimentarias basadas en la incorporación de subproductos de soya a los alimentos humanos, son el ALCA.
Con soya no hay ALBA posible, Sr. Chávez.
Por esa razón nosotros estamos pidiendo a Ud. que declare nulos los acuerdos de importación de soya transgénica entre su país y Estados Unidos de América y Paraguay.
Agradeciendo desde ya la atención dispensada a esta carta, nos ponemos a su disposición para cualquier consulta que Ud. o las dependencias de su país deseen hacernos y saludamos a Ud. atentamente,
Siguen firmas
Acción Ecológica – Ecuador
Aseed – Netherland
Bahia Blanca - Argentina
Base Investigaciones Sociales – Paraguay
Bioptimistas – Uruguay
Environmental Commons California - United States of America
Fobomade - Bolivia
Fundación Comité Ecológico del Litoral Guayaquil - Ecuador
Gupo de Reflexión Rural – Argentina
Institute for Social Ecology – United States of America
Munlochy Vigil – Scotland
NWRAGE, Northwest Resistance Against Genetic - United States of America
Organic Consumers Association - United States of America
Polaris Institute – Canada
RAP- AL - Uruguay
SER - Sociedad Ecológica Regional - Argentina
The Oakland Institute - United States of America
XminusY Solidarity Fund - Netherland
Fuente: Observatorio de los Agronegocios, por una Agricultura Humana
Hoja Informativa Año 1 – Edición 002 – Diciembre 2005
Publicado por el Centro pela Segurança Alimentar y el Instituto Polaris con la participación de los miembros del Observatorio de los Agronegocios, por una Agricultura Humana