La UE sugiere que gran parte de los cultivos destinados a biocarburantes tendrán que producirse en países del Sur y exportarse a Europa. Aunque esto se presenta como una oportunidad para las economías del Sur, la realidad ha demostrado que los monocultivos para biocarburantes, como la palmera de aceite, la soja, la caña de azúcar y el maíz, conducen a una mayor destrucción de la biodiversidad y del sustento de la población rural, minando aún más la seguridad alimentaria y provocando graves impactos sobre las aguas, los suelos y el clima regional