La Iniciativa para la Integración Regional de la Infraestructura de Sudamérica (IIRSA) es la versión más reciente de una serie de esquemas desastrosas financiadas por bancos internacionales para traer "desarrollo" a la cuenca amazónica. Inaugurado en el año 2000 por los gobiernos de la región quienes aprovecharon de una confluencia de financiamiento regional proveniente de las instituciones financieras internacionales (IFIs), la IIRSA abarca 350 proyectos que son ecológicamente dañinas incluyendo carreteras, represas, oleoductos y gasoductos, y puertos