"En países más pobres, en los que las semillas transgénicas se presentan como parte de la solución al hambre desde el punto de vista del suministro, debemos preguntarnos: ¿mejorará el uso de semillas transgénicas el acceso a los alimentos de los más pobres entre los pobres, ya sea aumentando sus ingresos o ayudándoles a producir más alimentos para sí mismos? Lamentablemente, la respuesta es normalmente negativa en ambos casos, porque los cultivos transgénicos más utilizados a día de hoy están controlados por intereses corporativos y sus costes tienden a situarlos fuera del alcance de los verdaderamente pobres."