"El pasaporte biométrico – que incorpora un chip electrónico con datos personales, imágenes faciales y huellas digitales – está en camino a convertirse en un requisito previo global para viajes. Protectores de datos y activistas por los derechos humanos argumentan que esta regulación trata a cualquiera como un criminal en potencia, violando así la protección de los datos personales de los ciudadanos e imponiendo un estado de constante vigilancia"