La industrialización del sistema alimentario ha generado cambios en la nutrición, la salud y el desarrollo comunitario de los países. Las pautas de cultivo y comercialización están sujetas al hecho de que el mercado agroalimentario es el mayor mercado global. Son las grandes corporaciones las que controlan qué se come, cuánto se come y el precio de lo que se come, cuando debería ser el derecho de los pueblos poder elegir las políticas que le permitan alcanzar alimentos nutritivos y accesibles. Decidir su propio sistema productivo hace a la soberanía de los pueblos.