"Estamos convencidos de que la explotación minera que pretenden impulsar en más de 15 mil hectáreas de Temixco, Xochitepec y Miacatlan, es un proyecto depredador de la naturaleza y de las personas. Que contaminará las aguas superficiales y las del subsuelo, que nos dejará tierras envenenadas, que emponzoñará el aire, que destruirá bosques, que desaparecerá especies animales y vegetales y que destruye el tejido social".