"La crisis alimentaria de 2008 despertó temores y ambiciones; el cambio climático y los intentos de producir biocombustibles como alternativa al petróleo son un incentivo adicional. “Todos estos son factores que han ocasionado esta carrera por la tierra. Los fondos nacionales de los países industrializados, de los países petroleros y las transnacionales han empezado a comprar tierra a gran escala, con ayuda de gobiernos, débiles y corruptos, de los países en desarrollo”, acusa Hoppe".