Los cultivos GM, la vasta mayoría de los cuales están diseñados para obtener específicamente dos rasgos - la tolerancia a herbicidas y al plaguicida Bt, o compilados con ambos - han sido liberados en cinco continentes durante más de nueve años, causando la contaminación extendida de alimentos, forrajes, semillas, y del medioambiente a lo ancho del planeta. El ADN modificado genéticamente de cualquier parte de una planta GM puede introducirse inadvertido en el medioambiente, por ejemplo, a través de la transferencia de polen a un cultivo convencional, a través de la dispersión de la semilla o de la descomposición de la planta y la persistencia en la ecología del suelo