Con el apoyo de los bloques de poder locales ligados a los agronegocios, las agencias bursátiles de la región, las cámaras portuarias y las empresas que apuestan a las concesiones de las obras, la ecuación comercial de la hidrovía cierra para todos, menos para la mayoría de los habitantes de 13 Sudamérica. Los países comprometen dineros públicos para una mega obra de infraestructura que beneficia a inversionistas, principalmente del primer mundo, que especulan con las posibilidades de aumentar la sobreexplotación de los recursos de la región