Los sábados, un número no muy pequeño de cuencanos aficionados a los vegetales y las frutas de cultivos ecológicos se levanta voluntariamente más temprano que cualquier otro día de la semana. Compiten por llegar a tiempo a la explanada del Centro de Reconversión Económica, donde un puñado de agricultores que han optado por los abonos y los insecticidas naturales vende sus productos