Los impulsores genéticos utilizan nuevas técnicas de ingeniería genética, como CRISPR/Cas9, para forzar la propagación de caracteres modificados genéticamente, inclusive rasgos letales, en poblaciones y especies enteras. Una vez liberados en el medio ambiente, los organismos con impulsores genéticos no pueden ser recuperados ni controlados, usurpando y anulando así la capacidad de las naciones, los pueblos indígenas, las comunidades locales y las generaciones futuras para adoptar sus propias decisiones.