Lejos de ser parte de un plan alimentario, la soja transgénica -la panacea del agro argentino de la última década- se vende a toneladas, sí, pero mayoritariamente para darles de comer a los animales chinos y europeos. Mientras tanto en Latinoamérica estamos destruyendo nuestros suelos, la biodiversidad, nuestro hábitat y la salud y las vidas de nuestra gente. La Argentina funcionó como semillero para los países vecinos, con la llamada "soja Maradona". Entretanto, las multinacionales comercializan una semilla tan letal que los expertos la denominan "Terminator"