Trece de las mayores empresas lácteas del mundo se combinaron para emitir más gases de efecto invernadero (GEI) en 2017 que los grandes contaminadores BHP, el gigante de la minería, el petróleo y el gas con sede en Australia o ConocoPhillips, la empresa petrolera con sede en los Estados Unidos. A diferencia de la creciente mirada pública sobre las empresas de combustibles fósiles, existe poca presión pública para que las empresas mundiales de carne y productos lácteos rindan cuentas de sus emisiones, a pesar del aumento de las pruebas científicas de que nuestro sistema alimentario es responsable de hasta el 37% de todas las emisiones mundiales.