Las mujeres son la mitad de cada pueblo. Pareciera una obviedad demográfica, pero la sentencia de la que parte Julieta Pareces, boliviana aymara precursora del feminismo comunitario, no es gratuita. Una premisa de esta corriente es que ambos elementos, tanto las mujeres como la comunidad, pueden estar –y lo están– en todas partes, desde espacios rurales hasta ciudades, escuelas, grupos ideológicos y de amistad, y que en todos estos espacios se puede luchar por los derechos de las mujeres.