En el siglo XXI se está desarrollando una nueva guerra por el territorio y la tierra. Los nuevos despojos son más complejos que los de otras etapas históricas. Los sujetos más activos son grandes empresas transnacionales. La compra de tierras es un refugio ante la caída de la cuota de ganancia que generó la crisis 2007-2008 y un mercado especulativo a partir de los altos precios de los alimentos, el petróleo y los minerales estratégicos. El acaparamiento de tierras cobró una dimensión global, pero es un proceso que predomina en la periferia, incluida la Argentina.