Colombia es un país que carece de políticas públicas que fomenten la agricultura campesina y la agroecología. Esta afirmación se sustenta por el predominio que le ha dado el gobierno nacional durante décadas a un modelo de desarrollo rural que se basa en la agroexportacion de materias primas, cultivos que, por lo demás, siguen al pie de la letra los estándares de la revolución verde de uso intensivo de tierras, agua, agroquímicos y todo tipo de insumos.