El enfoque de la coexistencia entre los diferentes sistemas de cultivo, diseñado por la industria biotecnológica y la Comisión Europea y apoyado por el gobierno español y el de Catalunya, esconde bajo una falsa “libertad de opción”, el intento de imponer por la vía legislativa, la generalización de los cultivos transgénicos con el consiguiente incremento de los casos de contaminación genética de cultivos y de semillas que indudablemente conducirá a la desaparición de los cultivos tradicionales