"La agro-industria, a partir de sus opciones tecnológicas y, entre otras, mediante la selección de semillas híbridas -punta de lanza de la revolución verde de los años 60 y 70- desarrolló... la dependencia de los agricultores. Estas nuevas variedades fueron impuestas por las instituciones internacionales, entre ellas, el Banco Mundial. Para asegurar que sólo las semillas y las plantas de “buena calidad” serían puestas a disposición de los agricultores, fueron importadas desde los países desarrollados estrictas leyes nacionales que enmarcaban la comercialización de semillas. La mayor parte de las variedades locales fueron reemplazadas las más de las veces por variedades híbridas que no pueden ser resembradas de uno a otro año."