Septiembre no parece ser el mes más indicado para adentrarse en Ñirihuau Arriba, el camino de tierra por momentos se torna infranqueable por los pozos, la nieve, el agua de los profundos vados y las alcantarillas en mal estado. Las huellas dejadas por los vehículos a su paso se suman y profundizan desde comienzo del otoño y a fines del invierno es casi imposible el tránsito. Pero a pesar de ello, en septiembre, sorteando esas dificultades, llegamos a casa de Enrique Crespo. El hombre tiene 79 años, nació en ese paraje y conoce muy de cerca el paso de las empresas petroleras por el territorio. En el lote de su familia están los manaderos de crudo que drenan al arroyo Las Minas, aquellos que cobraron protagonismo mediático a principios de año como el 'impacto ambiental' dejado por las empresas tras su breve paso.