Las semillas nos permiten recuperar nuestra memoria ancestral, comprender nuestro origen y hacernos cargo de las encomiendas de cuidarlas. Nuestro ser pueblo se mantiene a partir de la disponibilidad de las semillas, de la diversidad. La agresión de la agricultura industrial basada en “paquetes tecnológicos” y “semillas mejoradas-patentadas” es una agresión profunda contra nuestros pueblos.