No es casualidad que Brasil sea uno de los primeros países en abrir brechas legales para las nuevas biotecnologías de alto riesgo, como los impulsores genéticos o gene drives. En 1998, Brasil lanzó comercialmente la soja transgénica roundup ready de Monsanto y actualmente es el segundo mayor productor de plantas transgénicas del mundo. El país se está afirmando como un verdadero campo de experimentos agrícolas. Ya tenemos aprobadas 90 variedades de cultivos transgénicos (soja, maíz, algodón, frijoles, eucalipto y caña de azúcar), de los cuales 70 se han modificado para tolerar herbicidas. Brasil es también el mayor consumidor de agrotóxicos del mundo, desde 2008.