La conducción de la Provincia no sólo subasta el futuro jubilatorio, los bienes inmuebles y del Banco de Córdoba. Descontento con haber cedido a la legítima presión de las Asambleas Ambientales en contra de las minerías, parece decidido a liquidar los bienes naturales con un alto costo de los territorios de Córdoba, especialmente sus zonas áridas y más pobres.