"La agroecología—como contra-movimiento a la Revolución Verde—se encuentra en una encrucijada, luchando contra la cooptación, la subordinación, y los proyectos reformistas que borran su historia y excluye su definición política.[vii] Una agroecología despolitizada carece de sentido social, está desconectada de las realidades agrarias, es vulnerable al régimen alimenticio corporativo y aislada del poder creciente de los movimientos de soberanía alimentaria mundiales."