El hambre, como todos sabemos, no es un desastre natural, sino el resultado de políticas económicas deliberadamente impulsadas por los países capitalistas avanzados y sus instituciones financieras. Hoy en día en el mundo se produce mucho más de lo suficiente para alimentar a toda la población, sin embargo, una de cada siete personas sufre de hambre crónica.
El impacto de la producción agroindustrial sobre el derecho a la alimentación