Días calientes en el corazón de Brasil. Septiembre ya llega a su fin. El cielo no moja la tierra y el fuego avanza sobre la floresta, con el soplo del viento que pasa. Sobrevolando Tocantins, es posible ver, a la noche, columnas inmensas de llamas devorando, insaciables, lo que todavía resta de verde-esperanza. Sin embargo, es preciso seguir viaje. Ver de cerca lo que el corazón siente de lejos