El gobierno se apresta a liberar un maíz transgénico cuya aprobación Monsanto solicitó en 2010 y que por falta de consenso entre los ministerios involucrados quedó encajonada. Con la asunción de Nin Novoa en la cancillería se abre un escenario favorable a la aprobación y el MGAP quiere liberarlo aunque el MSP y Ambiente se oponen.