Una mujer embarazada y un niño, ambos wichí, fallecieron esta semana. Se suman a una cruel lista producto de las condiciones a las que son sometidas las comunidades indígenas en nuestro país y en Salta en particular. Mientras tanto, el Estado provincial responde con discursos que niegan su responsabilidad y estigmatiza a las víctimas. Muertes evitables que responden a un proceso más complejo que la actual crisis económica argentina y con responsabilidades compartidas entre una provincia que abreva en el racismo y un modelo histórico de empresariado terrateniente, desmontes, y persecutorio de los pueblos originarios