La caída de los ingresos por el gas impulsa al gobierno de Evo Morales a abrir sus reservas en áreas naturales protegidas, se proyecta explorar 11 de las 22 áreas protegidas, y acelerar el proceso de consulta previa –en 45 días- para las actividades de extracción de hidrocarburos. La economía de Bolivia es dependiente del gas, y las rentas que ella genera dan sostenibilidad a diversos programas sociales que le dan popularidad al presidente Morales.