Las intensas lluvias que cayeron el fin de semana en la Chiquitanía apagaron los últimos focos del incendio que por más de 70 días arrasaron esa región del país. El balance final es desastroso: 4 millones de hectáreas arrasadas, 12 áreas protegidas con afectaciones de hasta el 50%, patrimonios naturales únicos en el planeta destruidos, 4.500 familias afectadas, 100 heridos y cinco fallecidos.