Contrario a la preocupación que han expresado algunas ONGs europeas, los pueblos Latinoamericanos están haciendo y han estado haciendo por un largo tiempo, un esfuerzo de lucha serio para proteger nuestro medio ambiente y nuestra producción orgánica auténtica, contra el poder corporativo empresarial. Los movimientos campesinos, indígenas y de los Sin Tierra deben ser apoyados en su lucha activa por la defensa de la tierra donde viven. Las ONGs no deberían discutir con las empresas de los agronegocios y otras compañías sobre la certificación y el manejos de los recursos naturales