Los pueblos originarios seguimos resistiendo. Es la razón por la que estamos aquí. Resistimos 512 años condenados al despojo, a la muerte y al silencio. Resistimos a la imposición de este Estado Nación vertical y capitalista que nos niega. Que para su consolidación impuso el modelo “roquista” de desarrollo, para el cual el aniquilamiento de los pueblos originarios era condición. Un modelo que implicó la muerte física y simbólica de miles de hermanos y hermanas que fuimos despojados de nuestro territorio, de nuestro entorno, de nuestros medios de subsistencia y de nuestra cultura