Don Santos es un campesino que a sus 84 años aún disfruta cultivando una manzana de tierra, con maíz y frijoles, solamente con la ayuda de Óscar, uno de sus nietos de 14 años. Este campesino alto y piel curtida por las faenas a pleno sol, conserva un espíritu jovial y dice sentirse agradecido con la vida, ya que el trabajo de campo lo mantiene en pie, sin padecer ninguna enfermedad crónica