Una reforma al campo que legalice el cultivo de Organismos Genéticamente Modificados (OGM) con fines de venta, por parte de empresas multinacionales, pondría en riesgo no sólo la salud humana, también la actividad campesina y de paso las cerca de 60 razas nativas de maíz que hay en el país, considerado centro de origen de esta semilla, asegura el doctor Antonio Turrent Fernández, experto en el tema y presidente de la Unión de Científicos Comprometidos con la Sociedad (UCCS).