Se habla mucho de las ´armas de destrucción masiva´ y de la preocupación de los Estados Unidos y de Europa por protegernos de ellas, cuando Occidente no solamente tiene los mayores y más sofisticados arsenales sino que también cuenta con un habilidoso mecanismo de funcionamiento económico globalizado que ha venido a resultar el arma más eficaz de destrucción masiva